En el corazón de Europa aún se mantienen los grandes palacios y
castillos desde donde alguna vez se dominó gran parte del continente.
Ciudades como Viena, Ámsterdam, Bruselas o Brujas recuerdan el gran esplendor europeo, mientras Berlín
destaca por su mezcla de tradición y multiculturalidad. La naturaleza
también destaca con sus bosques, montañas y lagos, que caracterizan a Lausana, Zúrich y otras ciudades suizas.